Del Cielo nos ha llegado
Una niña, sandunguera.
Una niña, sandunguera.
Ángela la hemos llamado.
Ni más bonita, la hubiera.
Mueve con garbo sus manos.
Y agarra todo con fuerza.
“Pa“ mi va a ser bailaora.
Por esos brazos, sus muecas.
Como retuerce sus dedos.
En lo alto, su cabeza.
Y ese vaivén de sus manos.
Que nunca las deja quietas.
Angela es, cual angelote.
Que el fiel Murillo pintase.
Con unos ojos muy dulces
Y unos piececitos grandes.
Mi niña alegre, sonríe.
Con la teta de su madre.
Los arrullos de sus tías.
El candor de sus abuelos.
Y el biberón, de su padre.
( Bruma )
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