LOS MAGOS DEL 1954

SE ACERCABAN LAS NAVIDADES DEL 1954 Y ERAN LAS PRIMERAS QUE IBA A PASAR DE MI PERIPLO ESCOLAR QUE HABÍA COMENZADO ESE MISMO AÑO. A MIS SEIS AÑITOS EMPECÉ A COMPRENDER QUE LOS REYES NO TRAÍAN LA MAYORÍA DE LAS VECES,  AQUELLO QUE SE LES HABÍA PEDIDO.

 EN MI CASA PIDIERAS LO QUE PIDIERAS LAS SORPRESAS NO VARIABAN  CASI NUNCA. AÑO TRAS AÑO LLEGABAN UNAS CUANTAS FIGURITAS DE MAZAPÁN, NUECES HIGOS PASAOS Y ALGUNA QUE OTRA NARANJA.

 DE TODOS ESTOS PRESENTES QUE SUS MAJESTADES TRAÍAN A NUESTRA MODESTA CASA LO MÁS PRECIADO Y EXÓTICO ERA ESO, LAS NARANJAS QUE NO VOLVÍAS A VERLAS HASTA LA PRÓXIMA  PASCUA NAVIDEÑA; YA QUE LA FRUTA EN INVIERNO NO ESTABA PRESENTE EN NUESTRA DIETA.

OTRAS VECES;  SI PODÍAN ESTAR, ALGO MÁS RUMBOSOS, APARECÍAN CON ALGUNOS CALCETINES, GUANTES O BUFANDAS QUE AFANOSAMENTE HABÍAN SIDO TEJIDOS, CON LOS DESTEJIDOS QUE YA LES HABÍAN QUEDADO PEQUEÑOS A LOS HERMANOS MAYORES, POR MADRE Y ABUELA; CON TAL SIGILO, QUE PARA SI,  HUBIERAN QUERIDO LOS MEJORES DETECTIVES DE LA ÉPOCA.

AQUEL AÑO CON MI POCA EXPERIENCIA DE COLEGIALA Y LA AYUDA DE UNAS COMPAÑERAS CON MÁS BAGAJE QUE YO. ESCRIBÍ UNA EXTENSA CARTA LLENA DE PETICIONES A LOS MAGOS DE ORIENTE. Y AUNQUE LAS DUDAS ME ASALTABAN ME DIJE: POR PEDIR QUE NO QUEDE. ALGUNA DE ELLAS CAERÁ. AQUELLA MAÑANA DEL DÍA 6 COMO TANTA OTRAS DE MI VIDA, NO HABÍA VARIADO UN ÁPICE. LOS REGALOS ERAN IDÉNTICOS A LOS DEL AÑO ANTERIOR. MI DECEPCIÓN NO TENÍA LÍMITES NO  HABÍA  NADA QUE ENSEÑAR A LAS COMPAÑERAS, AL VOLVER  A LA ESCUELA TRAS EL PERIODO VACACIONAL, PUESTO QUE LOS AGASAJOS DE LOS REYES YA LOS TENDRÍA METIDOS, ENTRE PECHO Y ESPALDA.

CUANDO LLEGÓ MI HERMANO SOBRE LAS DOCE DEL MEDIO DÍA DE CASA DE SU NOVIA. YO, HABÍA DADO YA BUENA CUENTA, DEL MONTO DE FRUTOS SECOS Y DEMÁS ZARANDAJAS QUE ME HABÍAN DEJADO LOS REYES; LE RECIBÍ PIDIÉNDOLE UNA PERRA GORDA PARA CHUCHES. ESTE ME DIJO, QUE NO PERDIERA TIEMPO Y FUERA CORRIENDO A CASA DE LOS PADRES DE SU NOVIA QUE TENÍAN UNA SORPRESA PARA MÍ. ME FUI A TODO CORRER Y LA EMOCIÓN ME EMBARGÓ CUANDO AMBROSIA LA NOVIA DE MI HERMANO PUSO EN MIS MANOS UN MARAVILLOSO PLUMIER DE MADERA CON ILUSTRACIONES EN LA TAPA, QUE SUPUESTAMENTE HABÍAN DEJADO PARA MI SUS MAJESTADES. BRINQUÉ DE ALEGRÍA AL SENTIRME LA DUEÑA DE AQUEL PRESENTE QUE NO HABÍA PEDIDO PERO QUE ERA LO QUE MÁS ANHELABA PARA SENTIRME COMO EL RESTO DE LAS NIÑAS DE MI CLASE. CON QUE ORGULLO LO EXHIBÍ DURANTE AÑOS Y QUE FELIZ ME HIZO ESE   MODESTO REGALO, TAN VALIOSO PARA MÍ ,EN AQUELLOS TIEMPOS.
`NUNCA PASARÉ POR ALTO, AQUEL PASAJE TAN DICHOSO, POR MUCHOS AÑOS QUE VIVA.

AUTORA: ( BRUMA )