domingo, 23 de agosto de 2020

UN LUCERO EN MI VENTANA


Un blanco lucero, vino a mi ventana.
Cantaban los búhos, croaban las ranas.
Y tú no llegabas a besar mi cara.

Tocan a maitines campanas lejanas.
Y marcha mi estrella dolida hacia el alba.
El nocturno duerme, el batracio nada.

Y el amor dolido se tapa la cara.
No encuentra razones de no ser amada,
Dejará el  portón, sin echar la aldaba.

Por si un día vuelve a pensar en ella.
Sus tiernas caricias, y en sus  madrugadas.
Pasa largo tiempo, el amor no llama.

 El astro contrito su fulgor apaga.
Y con desespero atranca la puerta.
 Que dejaba abierta que jamás, cerraba.

Lucía Serrano Pozo
(Bruma)

sábado, 22 de agosto de 2020

AYER LE DIJE A LA LUNA


Ayer le dije a la luna.
Que ilumine tu sendero.
Que luces como ninguna.
Pestañas de terciopelo.

Ojos de gata, gatuna.
Azules color de Cielo.
Y una piel color moruna.
 Brillante y sedoso pelo.

Que se desliza en tu espalda.
Y es mecido por viento.
Tu cimbreante cintura.
Es cual junco en arroyuelo.

Que no tuerce el huracán.
Ni el calor de los esteros.
Sigue erguido en su ribera.
Por mucho, que sople el Céfiro.

No lo empuerca un simple barro.
Y al que se atreva lo arresto.
 Ha de lucir siempre claro.
O me irá, la vida en ello.

Lucia Serrano Pozo.
( Bruma )

MALAJE



 En esta playa te espero con la silla.
Por si recalas desafiando al olaje.
Roto el timón débil tu quilla.
Y  una maleta carente de equipaje.

Yo no he puesto todavía la sombrilla.
 Luce mi piel color de mestizaje.
Allí estaré hasta que explote la bombilla.
 Y se apague el colorido de mi traje.

Quiero seguir esperándote en la orilla.
No necesito de justicia ni arbitraje.
No quiero que me busques las cosquillas.

Ni que navegues con aires de malaje.
Que conservo aun tu retrato en la mesilla.
 Y me gravé  por tu espera, un tatuaje.

Lucia Serrano Pozo.
( Bruma )

lunes, 3 de agosto de 2020

AMOR Y ODIO

Cómo se podrá querer,
Y odiar a la misma vez.
A fe mía no lo sé.
Ni lo puedo imaginar.

Cinco minutos queriendo.
Que odiando, podrán ser diez.
  El encono va engordando.
 Y el amor va decreciendo.
Hasta verlo perecer.

Por qué será que el amor,
Lleva consigo esta carga.
Y la pena nos embarga.


Cuando muere la ilusión.
Solo cuentan los reproches.
Y la carga recae en uno.
Resultando que es de dos.

El odio más doloroso.
Se produce en el querer.
Que se vuelve rencoroso
Si se reparte, entre tres.

Lucía Serrano Pozo.
(Bruma)