domingo, 6 de diciembre de 2020

AYER LE MIRÉ A LOS OJOS


Ayer le miré a los ojos.

Y él escondió la mirada.

Son sus espinas y abrojos.

Que en el alma se me clavan.

Lo que en su mirada vi.

Me heló sin decirme nada.

Y me di la media vuelta.

Sin articular, palabra.

Deambulé por los caminos.

Me encaminé hacia mi casa.

Atranqué todas las puertas.

Para no escuchar la aldaba.

Ni tampoco las falacias.

Que de su boca  escapaban.

Me taponé los oídos.

Que no aguanto más bravatas.

Y mirándome, al espejo.

Me di tan gran, regañina.

Que se enrojeció, mi cara.

Manda le al guano, pazguata.

Que ni el efebo más bello.

Merece de ti, una lágrima.

Y has derramado ya tantas.

Que tu manantial, se apaga.

Lucía Serrano Pozo.

(Bruma)