Que harìa yo, con tanta luz.
Que se ha colado en mi vida.
Ella es la cara y la cruz.
Que da sentido a mi vida.
Ella es como un cascabel.
Ella es una campanilla.
Que con sus ojos me atrapa.
Y me colma de sonrisas.
Ella es como un angelote.
Con su cara regordita.
Unas pestañas muy largas.
Y una boca chiquitita.
Ella ha llegado dispuesta.
A colmarme de alegrías.
Ya que me acecha el Ocaso.
Y mi estancia en este Mundo.
Puede tornarse cortita.
Ella me entiende, me habla.
Aunque palabras, no diga.
Y me impregna en su perfume.
Con rastros de Malvasía.
Mirando la lloro a veces.
Pero lloro, de alegría
Cuando la acuno en mis brazos.
Me torno en otra, Lucía.
(Bruma)