No cejo de buscarte mi Dios y no te
hallo.
Para que alejes de mí las vanidades
Sabes muy bien Señor cual es mi
fallo.
La posesión de una y mil vaguedades.
Luzco liviana en un mundo de
maldades
Fustigando sin descanso a mi caballo.
No merezco tu amor por mal vasallo.
Ni soy merecedor de tus bondades.
Aunque me quede aun un largo trecho
Para encontrar la paz en tu regazo
Abonaré con premura mi barbecho
Y si has dictaminado al fin mi plazo
Cuando apagado me halles en el lecho.
Acógeme con ternura en tu regazo.
Autora: (Bruma)
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