Ya no se escuchan Zambombas.
Tampoco las Panderetas.
Ni se ensayan Villancicos.
Para amenizar, las fiestas.
Ponemos Belén y Árbol.
Nos mola importar maneras.
Acogemos tradiciones.
Y desdeñamos las nuestras.
La cena, luce impecable.
Y de viandas, repleta.
No nos faltará de nada.
Sobre el mantel de la mesa.
Mas nos falta el santo y seña.
De las canciones antiguas.
Que sonaban lisonjeras.
Y el evento, se desluce.
Pues no sabe a Noche Buena.
Y Jesús se empequeñece.
Sin
cánticos de la tierra.
Y en la tibieza, perece.
( Bruma )