lunes, 29 de enero de 2018

LAS ACEITUNAS

En las gélidas noches del frío invierno.
Al llegar a, Diciembre.
 Se mataba el cerdo.
Y pasando los reyes,  las aceitunas.
Se llenaban las cestas,
Una, por una.

Con una vara larga, también, ordeño.
 Y  haces de paciencia,
Caían al suelo.
Agacha en la tierra, cerca la cesta.
Cuanto anhelo y trabajo.
Hasta verla llena.

Dabas vuelta al olivo, le dabas vueltas.
No quedaba ninguna sin que la vieras.
Llegaba la merienda tan deseada.
Y el asiento una piedra
Que dura estaba

Las viandas del cerdo.
Son tu  sustento.
Torreznos, asaduras, también morcilla.
Y Hogazas de pan casero.
Todo envuelto en el trapo
Te daba vida.

Termina la merienda de vuelta al tajo.
Con la tripa repleta y los pies sobre tierra.
 Duro, el trabajo.
A la media tarde cargan, las bestias.
  Costales de aceitunas con la tarea.
Sujetarlas al mulo. Ay ¡¡
Lo que cuesta.

A mitad del camino sembrao de piedras.
La carga se resiente
“Ties” que, parar la marcha.
  Recomponerla.
Se termina el camino, la noche es negra.
Las bestias al molino
 Solitas llegan.

En pila de ladrillos, la miés espera.
A que llegue la hora.
De la molienda
En la torba metidas, llegan brincando.
Y los jarros del oro,irán preñando.
las aceiteras.

( Bruma )

viernes, 26 de enero de 2018

EL AMOR


Cuando el amor se presenta.
Con sus ardorosas llamas.
Abre tus puertas cerradas.
Tú  jubilosa le acoges.

Le cedes tu mejor cama.
Se aposenta en tu Pensil.
Se sienta en tu balconada.
y se queda por un tiempo.
Hasta que el fuego se apaga.

Y se convierte en pavesas.
Por el cosmos derramadas.
Se irá  buscando otro Lar.
Que muy pronto se amilana.

Te dejara sincopado.
Sin decirte que se va.
Y sin darte explicación.
De su partida excusada.

Se conduce, el bravucón.
  Cual damisela apocada.
Igual que vino se va.
Busca la puerta de atrás.
Huye en la noche cerrada.
Envuelto en capote negro.
Con su tizona envainada.


( Bruma )

jueves, 11 de enero de 2018

ES FUENLABRADA UNA VILLA

Es Fuenlabrada una villa.
De gentes hospitalarias.
Yo diría, la que más.
En la Siberia, “tie” fama.

Dice un dicho muy antiguo.
Un cántico de alabanza.
Que entre Peloche y Herrera.
Era la más, destacada.

En Peloche, no hagas noche.
En Herrera, las que quieras.
Y en ”Fuenlabrá” de los Montes.
Las semanitas, enteras.

Destaca su Corpus  Cristi.
Con sus dulces de la tierra.
Y en sus altares dispuestos.
Hay  perfume a hierba fresca.


Que esparcida por el suelo.
Te hacía perder la cabeza.

Hay un rollo de Santana.
Y a santa Ana en una ermita.
Desde Antaño, se venera.
Y el mes de Mayo brillaba.
Con su aroma, a rosas frescas.
Y cánticos a María.
Que es su hija y madre nuestra.

Hay una fuente la Niña.
Por un tiempo castigada.
Y  conmutada su pena.
Luce en la plaza, galana.
Posando sobre agua fresca.
Que sus dos caños, derraman

Otra fiesta, las candelas.
Que candelaria, se llama.
Y  amadrina una mujer.
 Un dulce, le dio su fama.
Pues triunfó, gracias a él.
Y candelilla, se llama.

Una iglesia con su torre.
Que del Románico data.
Luce erguida muchos años.
Y desde lejos destaca.

Se venera, a la Asunción.
El recinto así se llama,
Y luce en su frontispicio.
Una imagen de la Virgen.
Con su manto azul de plata.

(Bruma )

lunes, 8 de enero de 2018

EL FESTÍN DE NOCHE BUENA

Ya no se escuchan Zambombas.
Tampoco las Panderetas.
Ni se ensayan Villancicos.
Para amenizar, las fiestas.

Ponemos Belén y Árbol.
Nos mola importar maneras.
Acogemos tradiciones.
Y desdeñamos las nuestras.

La cena, luce impecable.
Y de viandas, repleta.
No nos faltará de nada.
Sobre el mantel de la mesa.

Mas nos falta el santo y seña.
De las canciones antiguas.
Que sonaban lisonjeras.

Y el evento, se desluce.

Pues no sabe a Noche Buena.
Y Jesús se empequeñece.
 Sin  cánticos de la tierra.
Y en la tibieza, perece.

( Bruma )

LOS MAGOS DE ORIENTE

Tres Regios Magos de Oriente.
A lomos de sus camellos.
Vienen a adorar a un Niño.
Atravesando el desierto.

Cargaditos de regalos.
Hacia belén van directos
Porque un Estrella los guía
Cuando pinta bruno el Cielo.

Han de venir muy cansados.
Con ese gran cargamento.
Largas jornadas de marcha.
Porque Belén, cae lejos.

Un siroco enloquecido
Soplando muy malos vientos.
Les ha derramado el Oro.
La mirra está por el suelo.
Y el Incienso evaporado.
Con el grueso de la arena.
Se termina confundiendo.

Mas las férreas Majestades
No se arredran con el viento.
Siguen el rastro del Ángel.
Y la estrella Matutina.
Aunque vaya el paso lento.

Iban caminando tristes.
Pues los regalos perdieron.
Y llegados al portal.
Junto a la madre de Dios.
Sus zurrones van, creciendo.

Todo el oro apareció
La mirra volvió a surgir.
Y cuando el Incienso ardió
El niño Jesús, alegre.
A los tres, les sonrió.

( Bruma )

ERA UNA NOCHE DE REYES

Era una noche de Reyes.
Una niña miró al cielo.
Vio una estrella reluciente.
Y pensó que era un Rey Mago.
Que le traería algo bueno.

Estaba muy desvelada.
No pudo coger el sueño.
Aunque su mamá le dijo.
Que de no cerrar los ojos.
Se pasarían de lejos.

Ella, apretaba los párpados.
Pero no llegó, Morfeo.
Y a la luz de la mañana.
Se incorporó de su lecho.

Sigilosa y de puntillas.
Fue a la cocina corriendo.
A mirar al hogaril
Por si hubiere algún regalo.
Que los Magos le trajeron.

Ella dejó sus zapatos.
Cerquita de las cenizas.
Que habían quedado del fuego.
Para que el Rey Baltasar.
Al bajarla chimenea
Se blanqueara un poquito.
Y no, parecer tan negro.

Dejó sus zapatos limpios.
Descalza fue por el suelo.
Y al alzar su vista al Lar.
Encima de sus zapatos.
Vio una caja de muñecas.
Brillante cual un espejo.

Cuando estuvo bien cerquita.
La apretó, junto a su pecho.
Y voceó a su mamá.
Para que viera el regalo.
Que le dejó el mago Negro.

Mamá yo no me dormí.
Mantuve, los ojos prietos.
Pues me lo dijo la Estrella.
Que guiaba, a los camellos.

( Bruma )