martes, 17 de febrero de 2015

LOAS A LA VIRGEN MARÍA


Cantar? Loca porfía, ilusión y empeño vano.

                                                De mi ardiente fantasía.

Para cantar a María?

No basta lenguaje humano, ni basta humano cantar.

Ni basta humano saber.

Para poder bosquejar, la belleza singular,

de tan singular mujer.

Bien se yo que los vivientes, en amorosa porfía.

Han celebrado a María, con dulces trovas fervientes.

De ensoñadora poesía.

Bien se que amantes cantores y almas sencillas y puras.

En sus místicos fervores, han le dicho mil amores.

Han le dicho mil ternuras.

Y en dulcísima tonada, la humana naturaleza.

Ha cantado entusiasmada, el himno de la pureza.

De María Inmaculada.

Cosas bellas han soñado, de María los mortales.

Y en sus sueños ideales, cosas bellas han cantado.

Con estrofas celestiales.

Mas yo mísero inmortal, que conozco la pobreza.

De mi lengua terrenal,  que diré de la belleza.

De esa mujer celestial.

No intentaré yo señora, con mi lengua pecadora.

Ensalzar tu nombre santo, fuera a empañar con mi canto.

Tu belleza  encantadora.

Sólo intentaré María,  con mi ardiente devoción.

Ofrecerte en este día, suspiros del alma mía.

Que salen del corazón.

Óyelos tu por favor, óyelos prenda adorada.

Que son suspiros de amor, de mi alma enamorada.

De tu alabanza y honor.

Ideal de mis desvelos, alivio de mis dolores.

Plenitud de mis anhelos, manantial de mis consuelos.

Y ensueño de mis amores.

Prodigiosa maravilla, del poder del Creador.

Virgen pura sin mancilla, a quien Dios mismo se humilla.

Para extasiarse en tu amor.

Sol de toda claridad, de brillantísima luz.

Clave de la santidad, cifra de toda bondad.

Y esencia de la virtud.

Crisol de toda ternura, centro de toda belleza.

 miel de toda la dulzura, luz de toda la blancura.

y flor de toda pureza.

Aroma de la inocencia, astro de hermoso fulgor.

Resumen de toda ciencia, mar inmenso de clemencia.

Templo del divino amor.

Obra de Dios que extasía, al mismo Dios que te hiciera.

Cuán pura el Señor te haría, si habías de ser un día.

Su augusta madre hechicera.

Yo no sabré más decir, que quien no te sabe amar.

No sabe lo que es sentir, ni sabe lo que es gozar.

Ni sabe lo que es vivir.

Dichoso a quien esclaviza, tu belleza encantadora.

Y de tu amor se enamora, porque tu amor diviniza.

El alma de quien te adora.

Porque tu amor es la vida, de tan intenso vivir.

Que alma en tu amor encendida, nunca se vio confundida.

Ni nunca puede morir.

Ámete yo Virgen Pura, con tan loco frenesí.

Que olvide toda hermosura,  de viviente criatura.

Para amarte sólo a ti.

Anónimo.