sábado, 17 de febrero de 2018

TIEMPOS DE CUARESMA



Aún recuerdo aquel paseo,
Paseo, de las acacias.
También llamado Lejío,
Que lejos del pueblo estaba.

Pero acacias si que había,
 y con olor, te embriagaban
En invierno un barrizal,
En  verano un polvicero.
Pero llega la cuaresma
 Y los amores inciertos.

 Se quedaron en el limbo,
de ese baile ahora desierto.


Era por eso el paseo,
Un cupido en el silencio.
Donde el amor se palpaba,

Sin querer y sin saberlo.
Allí se hilaban amores,
Cuando el salón se cerraba.
Que se deshilaban luego.
Cuando la tregua, se acaba.

Yo que pasaba de amor.
  Me metí en otra contienda.
Suspiraba por la casa.
 Que había tras una verja.

Con un jardín misterioso.
Y una mujer como dueña.
La casa estaría encantada.
Y una rosa sería ella.

Me sedujo el secretismo
Que esos hierros escondieran.
Pero en ese recorrido.
Dos pilones se entremezclan.

Con el amor y el encanto.
Y el recreo de las bestias.
Ahora luce ese paseo.
Oropeles por doquiera.

Esculturas y parterres.
Ya no existe polvareda.
Ni la casa misteriosa
Luce ya tras de su verja.

Ni lucen los dos pilones.
Ni ya se sacian las bestias
Ni se fraguan los amores
Porque el salón no se cierra.
Pero yo sigo soñando.
Con los tiempos, de Cuaresma 

( Bruna )