En las claras noches
de estío.
Tumbada en la era, mi
cuerpo descansa.
Arropada con manto de
estrellas.
Yaciendo en la paja
mi palmito, remansa.
Antes de dormir, me
subo al Carrito.
Cuento las estrellas,
me aprendo sus nombres.
Y miles de veces,
vuelvo recontarlas.
Tarde cojo el sueño,
duermo arrebolada.
El brillo del cielo,
me deja cegada.
Veloz me desplazo, en
la sutil galaxia.
Me adentro en los
mitos, que arropa el misterio.
Que de ella se habla, subo a Casiopea.
Viajo arrebatada, un
astro me ha dicho.
Que surca el celeste,
Lucero del Alba.
Vuelo presurosa la
luz luce, clara.
Suenan los rebuznos
que lanzan las bestias
Pidiendo cebaba,
mezclada con paja.
Yo saco mis brazos,
que tapan la manta.
Y hundiendo mis
manos, dentro de la parva.
Intuyo el frescor al rocío, de la madrugada.
Doy un gran respingo,
salto de mi cama.
Me enfrento a otro
día, mi viaje se acaba.
Lucía Serrano Pozo.
( Bruma )
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