Cri, cri, cri, canta el grillo en el
barbecho.
Con su canto alegrando la veredas.
Explosionan de sol las alamedas.
Al saltar cual cantarín en el
repecho.
La noche y las estrellas son su
lecho.
Me compadezco si a la intemperie
queda.
Y al descubrir su misterio quizá
pueda.
Darle cobijo dentro de mi techo.
Y ese cantar de voces afinadas.
Que nos alegran las noches estivales.
Serán cual corrientes de cascadas.
Que alegrarán a viejos y chavales.
Haciendo amenas, noches estrelladas.
Al brincar felices por los
matorrales.
( Bruma )
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