Cayó, su corazón de pura roca.
Intuyendo que con otra, la engañaba
Por las callejas, le busca como loca.
Su latir con la pena desgajaba.
Huyó a casa cual potro que desboca.
Su apostura febril, debilitaba.
Derriba la pared luego, se enroca.
Se esconde detrás, de su armadura.
El llanto por sus ojos resbalaba
Mojaba, las mejillas y su boca.
Ha caído en un pozo, de negrura.
Ahora al Señor del Cielo, invoca.
Pidiendo que la dote, de alma pura
( Bruma )
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