En las gélidas noches del frío
invierno.
Al llegar a, Diciembre.
Se mataba el cerdo.
Y pasando los reyes, las aceitunas.
Se llenaban las cestas,
Una, por una.
Con una vara larga, también, ordeño.
Y haces
de paciencia,
Caían al suelo.
Agacha en la tierra, cerca la cesta.
Cuanto anhelo y trabajo.
Hasta verla llena.
Dabas vuelta al olivo, le dabas vueltas.
No quedaba ninguna sin que la vieras.
Llegaba la merienda tan deseada.
Y el asiento una piedra
Que dura estaba
Las viandas del cerdo.
Son tu sustento.
Torreznos, asaduras, también morcilla.
Y Hogazas de pan casero.
Todo envuelto en el trapo
Te daba vida.
Termina la merienda de vuelta al tajo.
Con la tripa repleta y los pies sobre
tierra.
Duro, el trabajo.
A la media tarde cargan, las bestias.
Costales de aceitunas con la tarea.
Sujetarlas al mulo. Ay ¡¡
Lo que cuesta.
A mitad del camino sembrao de piedras.
La carga se resiente
“Ties” que, parar la marcha.
Recomponerla.
Se termina el camino, la noche es
negra.
Las bestias al molino
Solitas llegan.
En pila de ladrillos, la miés espera.
A que llegue la hora.
De la molienda
En la torba metidas, llegan brincando.
Y los jarros del oro,irán preñando.
las aceiteras.
( Bruma )