Dormitando soñé,que esto era el Cielo
cantaba el querubín tan jubiloso
y no hubo nada en mis días tan glorioso,
jamás llegué a gozar,con tanto anhelo.
Pedí a gritos,tener este consuelo
pues al vivir,de un modo más honroso
y fuera de este mundo belicoso,
no me veré, atrapada por el duelo.
Volví a la realidad despavorida
mi miedo despertaba clamoroso
estaba castigada de por vida.
A vivir alejada de lo hermoso
en una sociedad más bien podrida
y rodeada por un eco luctuoso.
Autora: ( Bruma )
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