No fue el desamor
fue saciar el hambre,
se hundieron nuestras raices,
al abrigo de otros lares,
y hoy se hierguen convertidas
en frondosos encinares.
Tiernos vástagos arropan
ramas verdes y el coraje,
de no mirar hacia atrás
que el tiempo no hay quien lo pare.
Pues mis raices prendieron
en tierras de otros solares.
Luchemos por esas ramas
que en esta ciudad arraiguen,
los hijos de Extremadura
que dejaron sus hogares.
Luchemos por las encinas
que Leganés cobijaste.
Hoy escribo estas letrillas
que añoro mis encinares,
pero dos tiernos retoños.
Tengo aquí, y en su contraste,
ya dueño de mis raices
por ti, mi corazón late...
Y te canto con ensueño.
Autora: ( Bruma )
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